21 de noviembre de 2012

Regalitos

Además del permiso de residencia por la compra de una vivienda el Gobierno debería añadir al lote una cesta con surtidos ibéricos y una participación para la Lotería de Navidad, que son de esas cosas tan nuestras que servirían para hacer algo de patria aprovechando el impasse. Seguro que el ministro Wert apoya una propuesta tan españolizadora.
La entrega de las escrituras se podría convertir asimismo en una gran celebración en la que el notario y el banquero cantarían, brindarían y bailarían junto al generoso potentado que suscribiese la hipoteca. Un alto cargo gubernamental acudiría al acto para abrazar y besar al comprador, salvador del país con su inversión, y un representante del sector inmobiliario le llevaría en brazos hasta su nuevo hogar, llorando –seguro- de júbilo por tener en España un nuevo mártir contra la sobreoferta de stock.

Si tras la última ocurrencia del Gobierno no se palpara la desesperación por reactivar un mercado en estado de coma, el empeño por volver a un modelo de crecimiento económico agotado y la estrechez de miras de nuestra clase dirigente, económica y empresarial creo que todo este asunto tendría mucha más gracia.

Seguimos en lo de siempre, el ladrillo, solo que ahora en lugar de venderlo a precio de oro le damos un envoltorio así como de mercadillo.

Publicado originalmente en: LaSemana.es

14 de noviembre de 2012

Orchha

Podríamos decir que en Orchha los buitres reinan la cima del mundo y las vacas gobiernan la tierra. 

Ellos vigilan de día la planicie a orillas del río Vetravati, desde su nido en una de las cúpulas alargadas del mandir de Chaturbhuj o sobrevolando la fortaleza, el palacio y el templo real, mientras que ellas campan ufanas a sus anchas entre ruinas, cenotafios y tumbas y se adueñan de las tres calles que conforman la ciudad. 
Envidiamos a los buitres como seguramente hacen las vacas: la vista aérea del conjunto de Orchha enmudece. A decenas de metros sobre el mercado de baratijas, en la techumbre del templo donde anidan las rapaces, después de ascender por angostas escalinatas piso tras piso, esquivando de forma casi laberíntica los tramos tomados por los murciélagos, descubrimos que el Madyah Pradesh nos ha estado ocultando su mejor escena. 
La ciudad se agrupa en torno al río, un punto minúsculo en mitad de la selva que en algún momento construyó un suntuoso palacio real de balcones ornamentados y relieves en andesita que por la noche pertenece, como parecen pertenecer todos los lugares del Norte de la India, a insectos, lagartijas y vacas.
Están estas últimas más rollizas que sus hermanas de la ciudad, será que no tienen que hurgar entre desperdicios para procurarse el alimento. 

Ya nos hemos habituado a verlas entrometiéndose en las calzadas y en los portales con total descaro, pero aquí realmente parecen ser las dueñas del lugar. Se diría que aquí las vacas sonríen al comprender que viven mejor que muchos hombres y mujeres en todo el país: Envidian a los buitres, pero los humanos las envidian a ellas. 
En días como este, en los que el sol es capaz de nublar el juicio, nosotros mismos desearíamos estar en su pellejo y poder acercarnos, sin prisa, a darnos un baño al río.

5 de noviembre de 2012

Qué asco

Para evitar posibles atentados las autoridades japonesas decidieron hace años retirar las papeleras en las grandes ciudades del país. A día de hoy, la mayor parte de los ciudadanos lleva siempre consigo una bolsa de plástico donde echar los desperdicios que genera a lo largo del día y que deposita en los contenedores de su domicilio.

Siguiendo la lógica nipona, la alcaldesa Ana Botella cree que para evitar que en el futuro se produzcan nuevos siniestros como el del Madrid Arena lo mejor es suprimirlos. La resolución de la ecuación desde un punto de vista matemático es, hay que reconocérselo, impecable.
"Nunca más, mientras yo sea alcaldesa, cederemos ningún edificio del Ayuntamiento para este tipo de eventos".
Y a tomar por culo, añadió mientras ensayaba el discursito ante el espejo.

El problema, maldición, surge cuando hay que definir "este tipo de eventos", pero de eso ya se encargarán los -en el mejor de los casos- técnicos, que a ella solo le toca salir bravucona ante la prensa. Por supuesto, contará con la inestimable ayuda de los medios de comunicación, esos que son capaces de rentabilizar hasta el final el suceso con grandes titulares, realistas recreaciones, entrevistas a los asistentes, croquis de lo acontecido, exhaustivas investigaciones en el facebook y el twitter de las víctimas, tertulias sobre todo lo ocurrido.

Y, mientras tanto, nosotros aplaudiendo como imbéciles las ocurrencias de unos y otros, como si de todo se pudiese polemizar, como si en todo se pudiese escarbar hasta la saciedad.
Nuestros dirigentes gobiernan a golpe de titular porque nosotros lo permitimos.

Qué asco.

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PS: ¿En qué medida habrá influido el incremento en el IVA a los espectáculos en la voluntad del 'conocido empresario de la noche madrileña' por mantener unos pingües beneficios? ¿Prohibir "este tipo de eventos" contribuirá a qué la gente acuda a lugares menos preparados aún para "este tipo de eventos"? ¿Podremos algun día ser tan civilizados como los japoneses? 

Publicado originalmente en: LaSemana.es