A veces nos aterra lo inevitable, aquello que llega pese a quien le pese.
Puede que sea por la capacidad que tiene para escapar a nuestro control, especialmente en sus últimos estadios, cuando el hecho está a punto de producirse.
No temáis ante lo que llegará querais o no -decía ella con frecuencia- el tiempo que pasáis intentando esconderos de algo que os acabará atrapando podríais pasarlo preparándoos para afrontarlo.
Cuando el monstruo eche la puerta abajo, que nos encuentre armado y dispuestos a vender caro el pellejo, resumía uno. Si sucederá deseemos o no, porqué preocuparse, mejor esperar a que acontezca, apuntaba otro.
Tenía un séquito de discípulos muy variopinto. Y una corte de aduladores enorme.
Sea cual sea la opción, el miedo siempre sobra de la ecuación.
Era una gran maestra.
Tenía un séquito de discípulos muy variopinto. Y una corte de aduladores enorme.
Sea cual sea la opción, el miedo siempre sobra de la ecuación.
Era una gran maestra.
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