29 de julio de 2011

Los días tontos

El preguntó: "Cómo llamar a esos días en los que uno camina igual que un enamorado, con la planta de los pies a dos palmos del nivel del suelo, levitando entre acontecimientos que vienen y van, ajeno a los minutos que luego vendrán y consciente únicamente del segundo en que se está".
"Qué nombre le ponemos a las horas que se precipitan hacia delante sin querer mientras tratamos de conservar en las manos olores y recuerdos impresos en las retinas, mientras el resto del mundo se preocupa y aburre o vive al margen de nuestra felicidad".

Y ella respondió: "Querido, ya tienen un nombre: Son los días tontos. Disfrútalos, que son escasos".

28 de julio de 2011

Nada nuevo bajo el sol

Ocurría mientras aquí nos mirábamos el ombligo, con nuestros bancos, nuestros parados, nuestro IBEX-35.

La crisis parecía exclusiva de Occidente hasta que la ONU hizo la llamada de emergencia: la hambruna en el cuerno de África ha situado a casi la mitad de la población de Somalia al borde de la muerte.
Cientos de miles de somalíes han escapado a los campos de refugiados de los países colindantes. Los que llegan, los que no mueren de fatiga y falta de alimentos por el camino, se encuentran con inmensos campos abarrotados, que ya no dan más de si, que se han convertido en gigantescos poblados chabolistas en los que existe -que ironía- un centro y una periferia. Para ellos, los recién llegados, la única opción es instalarse en esta última, claro.

La FAO calcula que, hasta final de año, se necesitarían más de 260 millones de euros para paliar una situación provocada, en gran medida, por los mismos de siempre: los especuladores de Wall Street, los que jugando con sus números e inversiones ficticias provocan que aumente el precio de los alimentos básicos.
Qué inversión segura, el hambre.
La cifra requerida suena a risa si se compara con la última inyección a la CAM: una línea de crédito de 3.000 millones de euros. ¿Cuántas veces podríamos salvar a África?

La noticia de la hambruna ha estado circulando durante los últimos días. No pasó desapercibida en algunos círculos -en Twitter sigue siendo muy comentada por algunos- pero, desafortunadamente, la actualidad pronto la ocultará. Volveremos a nuestros políticos, nuestra crisis y nuestro día a día, pero el hambre allí seguirá.

Seguiremos mirando nuestros ombligos y África seguirá muriendo de hambre. Nada nuevo bajo el sol.