5 de febrero de 2008

Levedad

Hay días en los que gana el blanco. Ocho horas de sumar facturas no dan para mucha poesía. A veces. Otras, cada número parece el renglón entre el que leer rastros de lírica y grandeza, se esconde la música en los decimales de la calculadora, riman sumas y restas. Esas ocasiones, que son las menos, siempre permiten que cuadren las cuentas.
Pero hoy es una de esos días de más en los que no vale la pena arengar al negro. Quiere decir ésto que siempre luce más una digna retirada a tiempo...

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