3 de junio de 2008

Cifras y letras

En Washington están de enhorabuena. El último informe de bajas militares estadounidenses en Irak es favorable: 19 caídos en combate o en acciones insurgentes varias a lo largo de todo mayo; la cifra mensual más baja desde que comenzó la invasión en marzo de 2003. Hubo un momento en el que a los yankees nos mataban de cien en cien, a razón de cuatro diarios, señora, se destaca en los medios de comunicación.
Parecería, por la misma regla de tres, que en Bagdad también se felicitan, al fin y al cabo, la cifra de civiles muertos en sucesivos episodios violentos es la más baja desde diciembre de 2005: 396 hombres, mujeres y niños asesinados en mayo. Pero claro, el hecho de tener que incluir en la lista a los 110 agentes de Policía y soldados caídos en el mismo mes, además de las muertes por enfermedad, les estropea la media. Y eso sin tener en cuenta el número de desaparecidos.
Como cada uno barre para su casa, en Estados Unidos pueden gritar a los cuatro vientos que están 'ganando' en Irak, en ese lenguaje tan televisivo al más puro estilo 'Yes, we can' que se utiliza por aquellos lares. Pero el caso es que en Bagdad esta versión de los hechos no acaba de convencer al personal, será porque algún que otro estudio de campo ha demostrado que todo iraquí que se precie ha perdido o sabe de alguien que ha perdido a un conocido suyo.
Puede que ya nadie recuerde ahora que durante un año entero -entre julio de 2006 y agosto de 2007- la media de bajas militares y de muertes de civiles entre el pueblo iraquí rozaba las 3.000 mensuales. Puede que el mundo haya olvidado los suicidas que ofrecían trabajo antes de inmolarse entre decenas de ciudadanos que buscaban empleo, los coches bomba en mercados del centro de Bagdad, las torturas y ejecuciones de los escuadrones de la muerte, los atentados a las puertas de la universidad.
Nada de lo que ha pasado en Irak en los últimos cinco años será olvidado por las generaciones que lo han vivido, ni por las que están por venir. Luego, algún que otro iluminado dirá que volvería a invadir lo que un día fue la cuna del Imperio Mesopotámico sin pensárselo dos veces para poder presumir delante de los amigos de haber llevado democracia y libertad a aquellas tierras de bárbaros ignorantes o que el Islam más radical crece en todo el mundo por la deriva relativista de Occidente y no por el aumento de las bolsas de pobreza o por el odio hereditario al extranjero.

Nota al pie: El problema no es que los muertos estadounidenses pesen más que los iraquíes, que también, sino que somos incapaces apartar la vista de nuestro ombligo para observar cómo está el del prójimo.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

3.12 de la mañana. Y que hago yo leyéndote a estas horas!!!


Muaaaa

Anónimo dijo...

Eres toda una fan, raipirinha