26 de mayo de 2008

Tu quoque, fili mi

Obviemos por un momento odios y simpatías y pongámonos en su papel. En la piel del líder.
Mariano Rajoy podría perfectamente sufrir en este momento una extraña manía persecutoria y sería de entender así como se suceden los lunes en Génova 13. En la sede del Partido Popular andan por los pasillos con los revólveres desenfundados, a la espera de que alguien realice un movimiento en falso. Y él, presidente del partido, sólo puede atrincherarse en su despacho junto a unos pocos fieles pidiendo tregua.
Mariano ya no puede desayunar todas las mañanas leyendo o escuchando la opinión de los que hasta hace dos meses eran sus amigos mediáticos y, a principio de cada semana, se encuentra con un nuevo capítulo de la crisis en la que sigue estancada la formación que heredó en forma de crítica o dimisión. No es tanto que le moleste lo de haber perdido el apoyo de los medios de comunicación que le aplaudían la pastelada de la niña Victoria, porque, al fin y al cabo, ahora los del otro sector están encantados con su giro al centro. Es más el agrio sabor de boca que le deja eso de perder cada lunes a uno de los suyos.
El último que ha saltado del carro lo ha hecho dejando por escrito que Mariano no sirve para liderar el partido. Ha sido Gabriel Elorriaga, secretario de Comunicación y miembro de esa Dirección Nacional que el líder ya no siente como suya, esa de la que se desprenderá en el Congreso de junio porque no le sirve para el viaje al centro, aunque tampoco es de extrañar sabiendo de manos de quién la recogió. Zaplana y Acebes no están, ni se les espera; San Gil se marcha arrastrando con ella a Ortega Lara; Pizarro no le perdona que no le haya dado un cargo con algo más de altura; y Aguirre, Costa, De Arístegui, Mayor Oreja o Cascos le han puesto a caer de un burro. A este paso, Mariano no podrá hablarse con nadie del partido
Pero a los que quieren moverle el sillón, el líder ya se lo ha dejado claro, de su despacho con bonitas vistas no le mueve ni Dios, al menos no sin plantarle cara. Pero claro, los del 'sector crítico' no se atreven a medir sus fuerzas contra Mariano, porque saben que cuenta con tirón en plazas como Andalucía y Valencia, y eso ya es bastante más de lo que pueden decir los que están montando follón en el seno del partido. Por eso se limitan a darle patadas en la espinilla en cuanto tienen la mínima oportunidad y mirarán para otro lado cuando después del cónclave de junio alguien les pregunte su opinión por el señor Rajoy.
La filosofía de los disidentes es esperar a que Mariano se estrelle con todo el aparato para hacer borrón y cuenta nueva, y cuando ésto suceda, si sucede, presentar al candidato que más les guste como al divino salvador. En ese momento, puede que los que siguen al líder ya se hayan hecho fuertes en los despachos de Génova 13 y se nieguen a abandonar el barco cuando éste se vaya a pique sin partirse la cara en un congreso como sucesores de Mariano I El Centrista.
Puede que sólo entonces veamos un verdadero debate entre candidatos a liderar el partido conservador español.

...

16 de mayo de 2008

La última y nos vamos

El tiempo que ha pasado y lo que hemos cambiado, el trabajo, las mujeres, la hipoteca y ponme a mí también una de esas. Qué vamos a hacer mañana y dónde están los que faltan, las drogas, la policía, la cárcel, algún que otro recuerdo de cuando no teníamos más que hacer que ver pasar los minutos y las horas. Y póngame otra ronda.
Los sueldos bajos y cómo nos los montamos, llegar a fin de mes, formar una cooperativa. Quién se ha casado, a qué se dedica aquel de los nuestros que marchó hace unos años y para mí la última que mañana a las seis me levanto. El colesterol, la alimentación, el alcohol y el tabaco, consolarse con pensar que el que te mira te ve más delgado.
La ex novia, el vecino y la semana en que murieron aquella pareja de ancianos que jamás nos devolvían las pelotas que caían en su patio. Tu hermana, mi hermano, la hija del novio de mi madre, que se ha mudado. Planes del pasado, que harás esta noche y antes de irte invítanos a otras seis cañas que tú todavía no has pagado.
Las mujeres que pasan, el hachís, mañana nos vemos seguro y por qué no mejor el sábado. La última y nos vamos. Los coches, las motos, aquel garito en el que nos pasamos todo el verano. La barca que me he comprado, el negocio de imprimir sobre vinilo o metacrilato, cómo están las cosas aquí y allá, cómo se lo monta aquel del que hace que no sabemos años.
El buen sexo, el querer y el viaje que te perderás si no consigues la pasta para el verano. La última película que has visto, el último disco que he escuchado, esa asignatura pendiente que me impide ser un titulado y, déjame, la penúltima la pago yo, luego ya veremos cómo y dónde acabamos.
...

7 de mayo de 2008

Patadas al pilar

La Justicia es uno de esos pilares de la democracia a los que la clase política de esta España nuestra no deja de darle patadas, aunque es de entender, por otra parte, ya que mientras tengan el apoyo de los suyos -los políticos- siempre acaban llegando a algún arreglillo que les permite pasar a hurtadillas delante de ella. Patología que, curiosamente, también sufre gran parte de la clase empresarial. En otro nivel, probablemente bastante por debajo del anterior, está el resto de los mortales, los que acuden a ella para impugnar una multa, demandar a los cabrones de tal compañía, luchar un divorcio, buscar compensación en caso de presunto agravio. Para éstos el asunto judicial funciona de otra manera, con algo de tardanza y como con un poco más de descuido, como si fueran menos importantes.
Luego, cuando uno de nuestros primos nos recuerda -supuestamente- la clase de perversión de mundo que nos rodea y da buena fe del tamaño de los agujeros que hemos decidido pasar por alto de nuestro sistema judicial, todos nos rasgamos las vestiduras y los políticos, al ver al votante indignado, recuerdan que a ese pilar hay que ir cubriéndole las grietas de tanto en tanto.
Hasta que no llega ese momento en el que se nos cuela una oveja negra en nuestro plácido sistema, nadie se pregunta por qué la Administración de la Justicia no dispone de un sistema informático a la medida de un Estado moderno o por qué el órgano que debe gobernar y controlar a los jueces lleva más de año y medio en funciones -lo cual viene a ser como que están ahí cumpliendo los servicios mínimos porque les pagan y además porque les hacen un poco de caso las cámaras, no porque les toque- o por qué un magistrado ha dejado que un pederasta y -presunto- asesino siga en la calle. Para entonces, sólo puede sentarse uno a lamentar que los que se encargan de gobernarnos permitan que se pudra de vieja la Justicia o que algunos de esos funcionarios a los que les van a subir el sueldo no hayan hecho bien su trabajo.
Nadie saldrá a manifestarse por una Administración digna de los impuestos que paga y los de arriba siguen mano sobre mano, así que tenemos de esto para rato. Un aplauso.
...

6 de mayo de 2008

Rebasado

Es inútil, no se puede sacar de donde no hay. Uno también se había planteado no volver a caer en la ligereza y, como el matemático de lo imposible, elevarse por encima de lo mundano para escribir sobre cierta suite francesa que visita últimamente o cómo le sentó a su organismo un paseo por aquella plaza catalana después de una tarde perdida por las calles de Madrid.
Y olvidarse uno de que por primera vez en democracia se ha enterrado a un presidente del Gobierno, el penúltimo escándalo de corrupción en el que han pillado a la ONU, de la posible relación entre el nacionalsocialismo y ese sótano de Amstetten o, como no, del pobre Mariano Rajoy, convertido sin quererlo en el chico de moda.
Pero al margen de eso parece no existir nada más en este teclado. Será que anda el corazón tranquilo y no requiere que nadie lo revuelva, al menos no con metafísica aburrida sobre esos versos tan tristres que uno es capaz de escribir sólo en ciertas noches. Esta, desde luego, no es una de esas noches.

Nota el Pie: Desde el principio, esto estaba abocado al fracaso.

...