11 de febrero de 2011

Nosotros y el miedo

Es curioso el miedo que sentimos frente a ciertos hechos ante los que deberíamos poner todo nuestro valor.
Uno lee sobre el temor a los Hermanos Musulmanes y se pregunta si lo que se pretende es excluirles del diálogo de reforma constitucional por los peligros que conllevan. Si se considera mejor idea torcer la ley y dejarles fuera del sistema democrático, como ha hecho Mubarak en las últimas décadas.
Excluir a los Hermanos Musulmanes supondría decirle a sus seguidores que el Egipto que se construye a partir de ahora no les pertenece. Sería darles una excusa para el odio, para sumarse a la red de movimientos de liberación islámica que perturban el mundo musulmán.

Toda ideología puede llegar a ser peligrosa llevada a su extremo.
El aislamiento alimenta el radicalismo, mientras que la libertad -la democracia- le obliga a posicionarse. Y ahí es donde se le debe plantar cara; con argumentos que demuestren que sus ideas son trasnochadas o ridículas, poniendo en valor la razón frente a la estrechez de miras.
En eso debería consistir la democracia.

Publicado originalmente en: LaSemana.es

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