20 de septiembre de 2007

Ninguna, sólo una

Eres grande, enorme, omnipresente. Ejerces tu autoridad con armonioso empeño, constante como eres en cada una de las tareas a las que te aplicas, sereno el gesto, fruncido y concentrado el entendimiento. Feroz amante, solícita hermana, dulce compañera, aplicada hija, tenaz profesora. Madre. Ante todo, madre.
De firmes principios que dejarás en herencia, te has entregado hasta en tus momentos bajos a la tarea para la que -lo creo firmemente- viniste al mundo, sin pensar -como yo, pesimista de mí, pienso a veces- que todo está perdido, convencida como estás de que la educación continúa teniendo el poder ancestral de engrandecer a las personas, de convertirlas en rocas ante el vaivén de la ignorancia.
Has sido la pasión por las artes y las letras, la lectura de la ficción y la historia, también el periodismo, la poesía, los cuentos, y ahora, a tus cuarenta y nueve primaveras, y a pesar de toda la tierra y el mar que nos separa, tus hilos siguen siendo largos y la memoria de tu obrar sigue prácticamente intacta.
Eres grande, enorme, omnipresente. El vivo ejemplo de que madre, sólo hay una.
Molts d'anys, mare

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que palabras más bonitas. Ser madre es muy difícil (sobretodo con algunos hijos)pero no sé como lo hacen que siempre consiguen darte lo mejor de sí mismas. En la mayoría de los casos somos lo que somos en la vida gracias ellas y siempre están ahí pase lo que pase.

Como se dice en mi tierra: "una madre no se cansa de esperar"

Anónimo dijo...

Da gusto contar con alguien que, de vez en cuando, pone palabras a sentimientos y sensaciones, estructurándolos.

Me resulta difícil, sino imposible, pensar en unas palabras más acertadas.

Anónimo dijo...

-Tenéis que decirme una frase en la que aparezca la expresión madre no hay más que una, haber Pedro, Alfonso y Miguelito.
Pedro -Ayer me caí al suelo y mi madre me curó la rodilla y es que madre no hay más que una.
Alfonso -Me pegaron en el colegio y mi madre me ayudó porque madre no hay más que una.
-Haber Miguelito...
-Pues estaba mi madre en el sofa con su novio y me mandó a la cocina a por cervezas, yo abrí la nevera y dije madre no hay más que una.

Luke, yo soy tu madre¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Creo que cuando una mujer decide ser madre pocas veces es consciente de las dificultades y la complejidad que ello supone, pero pone todo su amor y empeño en esta tarea para no equivocarse. Miguel y Enrique sois el resultado de un gran empeño compartido.
Las personas permanecemos vivas mientras haya alguien que nos retenga en su memoria con cariño.
Gracias Miguel. T'estim

Anónimo dijo...

OLE