11 de noviembre de 2007

El tono de moda

El Rey es campechano. Eso es, como que Barcelona es cosmopolita y Soria existe, un dogma de fe, y por eso todos sus hits están junto a los de sus súbditos en youtube y sus correrías son la comidilla de una sobremesa cualquiera. Aceptamos su genio y figura, como accedemos a que el Sol salga por el Este y muera en el Oeste o a que la Tierra gire sobre sí misma, sin legítima elección, porque, al fin y al cabo, así se aceptan los asuntos regios desde que decidimos que la guillotina no era ni mucho menos la mejor solución.
Siempre están, lógicamente, los insatisfechos con su actuación por el Estado o los que se sienten ofendidos porque lo que le puso en el trono fue el dedo del hombrecillo del uniforme siniestro. Aunque con los que le cuestionan con cierta gracia parece no existir agravio, porque, como buen español y a pesar de lo mucho que tiene de Borbón, con unos tintos de por medio hablando se entiende la vasca, como debió decirle la presidenta a lo chulapa, acogiéndose a sagrado por tal locutor. Por eso pocos políticos y empresarios se pierden alguna de esas recepciones, tan monárquicas ellas como el término que las engloba; sólo faltan los que temen que se les atragante la corona.
Con otros que no le sacan ni una sonrisa, no se molesta en disimular, que es lo bueno que tiene ser de la cercana y familiar monarquía desde hace tanto tiempo: que puedes montar un cisco de bar en cualquier lugar y circunstancia y en casa todos dicen que eres un tío de puta madre, porque, en el fondo, a tus súbditos les recuerdas, cada vez más, al abuelo enrollado pero tierno que la monta a lo Fernando Fernán-Gómez.
Y nadie de casa se te acercará y te dirá que esas no son formas, que el papel del Rey es levantarse en señal de indignación desde el principio o poner los puntos sobre las íes con sobriedad y contundencia; que mientras otro pide respeto como base esencial para cualquier diálogo democrático uno no puede dirigirse en tono de reyerta gitana al interlocutor, por mucho que éste se merezca las dos hostias que le quiere dar. Y mucho menos si eres el jefe del Estado.
Ni de lejos. Tal y como está el patio, en casa sacaremos las gloriosas enseñas nacionales en alegres manifestaciones en tu defensa y, de paso, en defensa de la nación, dios, la familia y de tu libertad de expresión, que es la que más mola. Y, cuando en la Casa Real miren hacia otro lado, los unos y los otros utilizarán el vodevil para seguir intentando partirse las piernas, que los asesores han dicho que cada voto cuenta, así que a sangre y fuego.
¿Por qué no te callas? debe ser a estas horas el tono de móvil de moda, porque sí, en casa somos todos gilipollas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran artículo amigo... está muy bien... eso sí, discrepo profundamente en buena parte del contenido. El ataque de un reyezuelo comunista y sanguinario merece un exabrupto, porque las relaciones diplomáticas sustentadas en la palabrería cursi e ineficaz, al estilo ZP, no siempre funcionan. a mi me parece muy bien la actitud del Rey porque me sentí ofendido como español por el tipo este. Y sí, a mi me parece importante defender al Rey por la nación, la libertad de expresión y esos conceptos con los que tu ironizas pero que considero esenciales. El preoblema es que lo que mola, amigo, es que te la sude todo. Eso es lo que está de moda: el relativismo atroz de "aquí no pasa nada", "¿Con quién se ha casado Paquirrín".

Anónimo dijo...

Compañero... relativismo es creer que un jefe de Estado puede pasarse por el arco del triunfo la diplomacia, el protocolo y todas esas cosas bonitas que le han enseñado desde que es pequeñito -que para eso ha nacido ¿no?- porque en casa a algunos -no a todos, vaya eso por delante- les han ofendido las palabras del reyezuelo venezolano -y en calificar a éste tú y yo estamos de acuerdo... amigo, al Rey no se le pide -ni se le debe pedir- que actúe 'con dos cojones' y al más puro estilo taberna española, porque le pagamos para que lleve con porte y elegancia la corona, no para que ejerza de matón de la españolidad... si discrepas, levántate y márchate, como hizo con el otro reyezuelo nicaragüense, o toma la palabra y acaba con la 'palabrería cursi e ineficaz' del que tenías al lado dejándole las cosas claritas, pero con elegancia, que de eso algo deberías saber... y lo que mola, amigo, no es que a mí -o a cualquiera- se la sude lo del Rey -afirmación del todo mentira si consultas cuál ha sido el vídeo más visto de youtube en los últimos días- lo que mola de verdad es que yo pueda ciscarme educadamente en lo que crea conveniente, aunque los conceptos sean 'esenciales'... Paquirrín no está casado ¿por qué no te callas?

Anónimo dijo...

Aquí estoy otra vez intentado escribirte un comment en este lio de blogspot!
Después de tanto tiempo para leerlo y ahora resulta que no se donde comentarlo.
Me ha encantado tu rinconcito particular, de verdad. Me quedo con 3 entradas: la del rey (muy divertida), la de Kronos... y la de tu madre especialmente.
Como ya te he dicho, no la conozco de nada, y por lo que has escrito se perfectamente cómo es.... y m gusta!
1 besito de Fresita (lo de Fresita, por obligación)

Miguel Venegas dijo...

Suscribo de principio a fin el artículo, amigo. De hecho, pensaba escribir uno similar en mi blog sobre este chascarrillo tan de moda, pero creo que ya no tiene sentido; para eso están los enlaces.
Lo dicho, felicidades.

Ana Delgado dijo...

Es genial,me ha encantado,tenía razón Miguel cuando me lo ha recomendado.
Y a mí también me recordó mucho al abuelo Fernando Fernán Gómez, sólo que éste primero es un actor y puede tomárselo todo como un "tablao" de comedias.

Anónimo dijo...

Por supuesto que puedes decir lo que quieras... para eso está tu blog.... pero también para que la gente opine libremente... y repito que a mi me parece estupendo el gesto de firmeza del rey... su primera función no es cumplir el protocolo sino defender los intereses de nuestro país. y ante un ataque así pues mira, a lo mejor había otras formas pero esa está bien... y claro que me parece de subnormales lo del politono y esas paridas.... pero es que la gente se baja esas historias porque pasa de analizar el problema de fondo... es decir, que se quedan con la anécdota estúpida... lo cual viene a confirmar mi tesis de que la peña no piensa... y fíjate, yo pensaba que Paquirrín se había casado... pero si, sobre estos temas mejor me callo. sobre todo ahora que no tengo movi y estoy incomunicado de vuestros encuentros. un beso amigo.

Anónimo dijo...

Joder, que de comentarios!!
Yo sólo quiero expresar mi alegría porque Martorell no muriera ahogado en las cíenagas de la Gran Vía...

Anónimo dijo...

Hay que reconocer que hubiese sido mucho mejor un plante acompañado de una "bonita y diplomática frase"o un discurso que hubiese dejado boquiabierto al auditorio y al impresentable venezolano, pero ya sabemos que ese no es el fuerte del rey, asi que yo doy por buena la reacción, al fin y al cabo es la que hubiese tenido la mayoría de los españolitos de a pie ante el insulto de semejante personaje. Además el rey lleva a sus espaldas mchas reuniones Iberoamericanas sin ningún problema y como al resto de abuelos se le otorgan ciertas licencias (acuerdate de lo que le permitíamos decir al abuelo o al mismo Fernando Fernán Gómez)
Aparte de mi opión sobre este culebrón, quería decirte que me ha gustado mucho como has escrito el artículo,entre otras cosa porque lo he entendido al completo, cosa que en otros me cuesta un poco
Me gusta entrar de vez en cuando en tu Blog y leer tus breves pero "intensos" artículos