24 de diciembre de 2007

De idas y de vueltas

Regresar parece siempre peor que ir, porque implica volver a algún lugar en el que has estado antes, quizá infinidad de veces, y puede parecer que no encontrarás en él nada novedoso, nada que pueda sorprender a tus cada vez más viejos sentidos. Pero eso sólo lo tienen presente los que siguen a pies juntillas la idea de que el hombre recorre el camino de la vida únicamente una vez, que no existen segundas oportunidades para corregir los -lógicos- errores cometidos en la primera vuelta.
Mas, otros, puede que los románticos empedernidos, no se conforman exclusivamente con mirar hacia delante en el camino y de tanto en tanto disfrutan echando la vista -y los pasos- atrás. Las cenizas del pasado se transforman entonces en lacónicas ruinas protegidas por la memoria, los rostros de los que una vez huías en brazos donde volver a dejarte caer, las piedras que apartabas a patadas en adoquines serigrafiados de recuerdos y esa neblina apestosa en una suave bruma que evocas con media sonrisa estupida en la cara.
Y es cierto que aquí pocas cosas cambian y las que lo han hecho ha sido lentamente, a un ritmo tal que permite calcular el recorrido que seguirán las arrugas y canas o predecir que muro será derribado o que campo será arrasado para dejar paso a una nueva mole de cemento y hierro, tan triste como es a veces el salto de la madurez a la vejez y el paso de la antigüedad tediosa a la bien hallada modernidad, pero nadie puede afirmar que ese regresar atrás para observar con inmensa nostalgia todos esos cambios es perder el tiempo en el pasado.
Nota al Pie: Hay algunos que creen que regresar es peor que ir, pero es que ellos nunca han estado en la isla de la calma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Regresar siempre siempre ha sido mejor que ir, sin duda. A lo mejor es porque yo también soy una romántica empedernida y prefiero volver al pasado para vivir lo bueno y poner esa sonrisa de idiota que tan bien describes. Además, cuando te toca ir... no es seguro que vayas a llegar.

Anónimo dijo...

Uy! no se ha cargado todo el texto. Bueno decía algo así como que también está bien la incertidumbre y el arriesgarse del ir.

Un besiño y Feliz Navidad. Pásalo bien en la isla de la calma