9 de abril de 2013

L.A.: “El reto de la escena internacional nos pone”

Lluis Albert Segura y su banda. Foto: Juan Pérez-Fajardo/I'm An Artist 

En algún momento, Lluis Albert Segura puso todas las fichas sobre la mesa y apostó por hacer de la música su carrera. Dualize es la demostración de esa firme convicción por lo que hace y también el ‘presenten armas’ obligado antes de su reto más complicado: hacerse un hueco en la escena internacional.

Dualize (Dreamville/Marxophone, 2013) bien podría ser la fusión de los dos anteriores trabajos de L.A. Con Heavenly Hell (Universal, 2009) llamó la atención del responsable de una gran multinacional y con el EP SLNT FLM (Dreamville/Universal, 2012) se lanzó a cruzar el charco hasta Estados Unidos.

Sin embargo, este nuevo álbum también supone un nuevo paso adelante para el mallorquín, que se ha pasado a las filas de Marxophone y vuelve a firmar un trabajo junto al productor Richard Swift, a cuya casa-estudio se mudó para trabajar en este álbum, tras una experiencia muy enriquecedora en SLNT FLM.

“A nivel personal y profesional, he pasado por una serie de circunstancias que han hecho que esté como en dos mundos”, explica Lluis Albert durante una entrevista. Dualize comenzó siendo el título de una de las canciones del disco y “ha acabado siendo el lema de los últimos tres años a nivel personal y profesional”.

Mientras que Heavenly Hell era “más gomoso, mainstream y limpio”, este álbum tiene “un punto bastante garajero y crudo” que Lluis Albert atribuye al proceso por el que él y la banda pasaron durante la grabación de SLNT FLM. Aquel disco “encrudeció nuestro sonido y lo dejó como más austero”, considera, al tiempo que añade: “la mezcla de esos dos discos ha hecho que este suene como suena”.

Sin ocultar su debilidad por su anterior EP, el músico admite que aquel trabajo les hizo “experimentar con una sonoridad que no habíamos experimentado nunca”. “Eso se ve plasmado en muchos de los cortes de Dualize, esos delays, en algunos puntos más cincuentero, más fender, más limpio y con mucha ‘rever’ es culpa de haber pasado por el proceso de SLNT FLM”.

Del proceso de grabación de ese EP y de su contacto con el productor Richard Swift, a quien hace responsable del descubrimiento del sonido actual de L.A. “Es curioso, puedes ensayar mucho y hacer muchas canciones y de repente viene alguien que ve algo que está ahí, pero que no has explotado lo suficiente”, señala.

“Por eso no sé qué pasará en el próximo disco, pero seguiré echando mano de productores para que aflore aquello que parece que está escondido”, continúa Lluis Albert, que considera que la figura del productor –“un artista” en el caso de Swift- se dedica “a sacar la magia de la banda”. “Richard hizo de psicólogo musical: sacó todo lo que llevaba dentro y quizá por eso es un disco tan dispar, de repente una canción garajera, otra más funky que puede recordar a Prince, eso no es un trabajo fácil”.

Vista la fusión, Lluis Albert habla del paso adelante. “Vamos poco a poco, pero elegimos los pasos bien y vamos subiendo escaloncitos”, explica, al tiempo que matiza: “han cambiado muchas cosas en estos años, pero el embrión es el mismo, cuatro tipos de Mallorca que disfrutan haciendo música”.

Aún así, los objetivos de L.A. ya no son los de una banda local. Tras su paso por festivales como Reading o South by Southwest, Lluis Albert pone su vista en una escena musical que parece reservada tradicionalmente para artistas españoles de corte mucho más folclórico. “El reto es la carrera internacional, vamos a poner toda la carne en el asador por ella”, asegura.

“La meta es poder tocar donde sea, no quiero ser famoso, pero me gustaría poder editar mis discos por todo el mundo y viajar”, admite el músico, que confiesa cierta “ansiedad” tras pasar por escenarios de Estados Unidos, Canadá o México por volver a tocar en lugares así y situarse junto a grandes nombres del panorama anglosajón.

“Lo que nos pone es competir con ellos con las mismas armas”, en inglés y con un estilo que no les es para nada ajeno, bromea el mallorquín, que ve en ese reto “una mecha” que hace que la banda se esfuerce por mejorar concierto a concierto.

El otro gran reto es volver a su lugar en la escena española, porque “si estás un año fuera te vas para abajo”. “Volver a trabajar mucho aquí, que es una cosa que teníamos un poco abandonada. Hay mucho trabajo por hacer, muchos conciertos y mucha promoción”, sentencia.

L.A. a lo suyo y a por todas. Foto: Juan Pérez-Fajardo/I'm An Artist

Paradójicamente, ante ambos retos, la maquinaria que le acompaña ya no es la de una multinacional, sino la de una discográfica de corte independiente como Marxophone. “El cambio supone mucho, porque no disponemos de los medios y presupuestos de una multinacional, pero tenemos algo que no se puede comprar, que es la libertad de hacer lo que queramos, cuando queramos y a la velocidad que queramos”.

“Es bueno tener un gran equipo si realmente no tienes prisa por hacer las cosas y yo soy de los que se haría un Woody Allen y sacaría un disco por año, pero con una maquinaria tan grande como una multinacional es más difícil, porque todo depende de unos presupuestos, unas reuniones, unos estudios de marketing, unas fechas y además ahí no somos una prioridad, porque su prioridad son los artistas que venden mucho. En el fondo éramos unos terciarios ahí dentro”, señala.

“Ahora tengo la libertad de decidir qué se hace y cuándo se hace, con una inmediatez de un día para otro”, concluye el músico, que no se plantea el salto al castellano. “Me lo planteo igual que me planteo cantar en francés o en turco”, bromea.

Con Dualize L.A. se lanza de cabeza a por una serie de retos que quizá no lo serían tanto en otro momento para la industria de la música, aunque Lluis Albert dice ver “esperanza y luz en todo esto”. “Y creo que es lo que le transmito a mi banda y a la gente, porque si no todo sería muy gris”, afirma, al tiempo que reconoce los riesgos de tamaña empresa.

“Yo me lo juego todo con esto, no tengo carrera ni nada más. Mi carrera es esto y por eso esto es el todo o nada, porque me lo juego todo y voy a por todas. Pero es que si no lo haces así te quedas a medio camino”.

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